Todas la familias tenemos tradiciones. Pues bien, hoy os voy a contar una de la mía, bueno de mi hermana Rosana y mía. Que yo recuerde, sólo un año he fallado y la verdad es que esa Navidad no fue lo mismo… ¡¡Lo que son las cosas!!

En el puente de Todos los Santos (ahora para mis hijos, el puente de Halloween), siempre prontito por la mañana quedamos y nos vamos juntas a un vivero de plantas (Garden Center, Sopelana) donde ponen una de las exposiciones de artículos navideños más bonitas que he visto por aquí.

¡Jajajaja! Siempre hacemos el mismo comentario al ver las preciosidades de árboles montados con adornos de diseño: “el año que viene cambio los míos”, jajajaja… Bueno, este año por fin a mí sí me ha tocado, así quehermanita ¡el año que viene te toca a ti!

Este año el protagonista sin duda ha sido Mikel, el pequeño de la casa; la cara de felicidad que ha puesto cuando ha visto las luces y esos juguetes con diminutos muñequitos que simulan una estampa navideña ¡y que no paran de moverse! Nos ha costado despegarle de allí, aunque luego nos ha vuelto locas con que quería ver tortugas…

Y las compras como todos los años: yo atrezzo para mis felicitaciones de Navidad y mi hermana un montón de plantas…

Una tontería, pero para nosotras algo muy especial, algo nuestro, algo donde nuestro espíritu navideño se despierta de su gran siesta…. Así que ya puedo decir ¡¡huelo a Navidad!!

(Prometo para el próximo post familiar salir en alguna foto).

¡Un besito y felices futuras navidades!